Cuando buscas en Google a Mehdi Meklat lo primero que te aparece es una foto de él con su perro. La segunda entrada es un artículo de un periódico baratero con un titular clickbait que dice “Tweets odiosos: El affaire Mehdi Meklat explicado en cinco puntos”. La tercera es un link de Amazon donde puedes comprar sus libros. Como diría Bo Burnham: “Welcome to the Internet!”.
Mehdi Meklat es un escritor de 29 años. En 2017, cuando su carrera artística estaba empezando a despuntar, salieron a la luz más de cincuenta mil tweets escritos desde una cuenta con seudónimo en los que hacía chistes altamente ofensivos contra gays, judíos, musulmanes y un largo etcétera.
Laurent Cantet parte de este caso real para reflexionar (¡por fin!) sobre las redes sociales, la viralidad de internet y, en concreto, Twitter. El director de La clase (2008) vuelve la mirada a los más jóvenes y reimagina lo más pegado posible al tiempo real las 48 primeras horas tras la erupción del escándalo.
Durante ese tiempo seguimos a Karim D. –Rabah Nait Oufella, un hallazgo de casting por la ternura que transmite– de su ascenso a la gloria literaria –fiestas, autógrafos, selfies y hasta una proposición para dirigir una película de su propio libro– y en su descenso a los infiernos de la viralidad tóxica de Twitter: artículos en periódicos barateros, retirada de copias de los libros de las librerías, troleo en redes sociales, etc.
La experiencia de este personaje no nos resulta ajena. Aunque las redes sociales llevan poco tiempo con nosotros, ya nos hemos acostumbrado a ver chistes desafortunados, linchamientos y cancelaciones similares cada cierto tiempo en la vida real. Sin embargo, hay algo de verlo en una pantalla grande y no en una pequeña que asusta más. Es como si cogiésemos distancia y viésemos por fin las barbaridades en las que estamos inmersos. En ese sentido, el final abrupto e inconcluso de la película no puede ser más acertado. No hay final posible para lo que acaba de empezar.
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