La Universidad de Duke (Estados Unidos) está desarrollando un dispositivo con inteligencia artificial que puede incorporarse al inodoro y analizar las heces de las personas. Según su presentación en la Digestive Disease Week , este invento podría dotar a los gastroenterólogos de la información necesaria para encontrar el tratamiento ideal para los pacientes.
Los desarrolladores, que han llamado a esta herramienta ‘Duke Smart Toilet Lab’ han explicado que esta tecnología ayudaría a aquellos que cuentan con problemas gastrointestinales crónicos, como la enfermedad inflamatoria intestinal y el síndrome del intestino irritable.
Deborah Fisher, una de las autoras del estudio y profesora asociada de medicina en la Universidad de Duke explica que “ por lo general, los gastroenterólogos tienen que confiar en la información sobre las heces que el propio paciente les comunica para ayudar a determinar la causa de sus problemas de salud gastrointestinales , lo cual puede ser muy poco fiable ”.
“ Los pacientes a menudo no pueden recordar el aspecto de sus heces o la frecuencia con la que defecan, lo que forma parte del proceso de control estándar -señala Fisher-. La tecnología del inodoro inteligente nos permitirá reunir la información a largo plazo necesaria para realizar un diagnóstico más preciso y oportuno de los problemas gastrointestinales crónicos ”.
El estudio asegura que el dispositivo que han desarrollado ofrecería datos sobre los excrementos para mejorar la salud individual y comunitaria. Para ello, la investigación se centra en el diseño de una tecnología que recoja y analice las heces y la orina, una tecnología que haga una evaluación intestinal y el desarrollo de soluciones para obtener una detección rápida y responder a los brotes de enfermedades.
El Duke Smart Toilet Lab puede instalarse en las tuberías de un inodoro ya existente. Con este aparato, el inodoro toma imágenes de las heces dentro de las tuberías y, con los datos recogidos, permite que los expertos puedan conocer mejor la salud del paciente.
Los investigadores del estudio afirman que, para crear su herramienta de imágenes, analizaron 3.328 imágenes de heces encontradas en Internet o proporcionadas por los propios participantes . Estas fueron revisadas por gastroenterólogos según la escala de heces de Bristol.
A través de un enfoque de redes neuronales convolucionales, lograron un algoritmo que era capaz de clasificar con precisión la forma de las heces el 84’1% de las veces. Asimismo, este algoritmo también detectaba la sangre bruta el 76’3% de las veces.
Sonia Grego, investigadora principal del estudio y directora fundadora del Duke Smart Toilet Lab, afirmó que “ un brote de una enfermedad inflamatoria intestinal podría diagnosticarse con el inodoro inteligente ”. “ Esto podría ser especialmente útil para los pacientes que viven en centros de atención a largo plazo que no pueden informar de sus condiciones y podría ayudar a mejorar el diagnóstico inicial de las patologías agudas ”, confirma Grego.
Aunque el prototipo no esté disponible para el público, los investigadores se muestran positivos por su viabilidad prometedora.
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